miércoles, 31 de agosto de 2011

LA IMAGEN MÁS ANTIGUA DE DUEÑAS



Aunque tengamos que hacer un pequeño esfuerzo para reconocer a Dueñas, su imagen conocida más antigua es la que recoge el grabado de Pollard (1806) perteneciente al viaje realizado por Henry Swinburne (1775-76) donde pueden apreciarse, además de los restos del castillo, de Sta. María y S. Agustín, las murallas que comienzan a deteriorarse y la célebre posada que menciona Peyron. Fue dada a conocer por Joaquín Díaz en el nº 17 de la revista Dueñas, de octubre-noviembre de 1997.

martes, 30 de agosto de 2011

PRINCIPIOS Y FINES

Este blog tiene como único fin poner en manos de los interesados algunos documentos sobre el arte y la historia de Dueñas que, por su antigüedad, no se encuentran en el mercado. Las nuevas tecnologías permiten el fácil acceso a las fuentes siempre que estas se encuentren disponibles en la red pero la mayoría de ellas son muy anteriores al ordenador y a internet y no para todas existe una institución encargada de digitalizarlas.


La tarea propuesta es colgar el mayor número de folletos, libros, artículos (y excepcionalmente algún documento inédito) de los que han servido a los historiadores para ir tejiendo esa malla tan compleja y tan expuesta a interpretaciones que es el relato del pasado. Por razones que terminarán por pareceros evidentes, no abro estas páginas a la intervención de nadie. Ya existen en Dueñas otros foros (que iré reseñando siempre que se me proporcione noticias de ellos) donde pueda hacerse.



Espero que el empeño os resulte de interés y de utilidad. Concluyo con unas frases de Cervantes sobre la tarea del historiador que siempre me han servido de guía en mi actividad: "...habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y nada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rencor ni la afición, les hagan torcer del camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir". El Quijote (Cap. IX)